Todo apunta que fue en el año 1867, en la Exposición Universal de París, cuando la empresa barcelonesa Garret, Rivet y Cía. El «invento» era de lo más innovador: las baldosas no necesitaban ningún tipo de coccion: el factor clave era una prensa hidráulica, que reducía mucho su coste de fabricacion y facilitaba su colocación. Además aportaba algo innovador al diseño: se podrían reproducir repertorios de forma ilimitada con motivos diferentes.
Las medidas fueron de 20x20cm, aunque también se producían baldosas de 10×10 o 40×40.
Con todas estas medidas y posibilidades las baldosas hidráulicas consiguieron una amplia penetración en el mercado. Y por si eso fuera poco… el modernismo utilizó como referencia estas baldosas.
Y es el modernismo el principal impulsor de estas baldosas. Todas las casas contaban con formas geométrica, florales o vegetales. Cuenta la historia que incluso el mismísimo Antoni Gaudí diseñó un pavmento para la Casa Batlló pero que finalmente se colocó en la Casa Milà.
La fabricación de una baldosa o mosaico hidráulico
Lo primero que hay que decir es que una buena baldosa hidráulica se fabrica a mano y pieza por pieza. El primer paso es construir una trepa o molde, en el que se introducirán pigmentos que darán forma al diseño de la baldosa.
Lo habitual es que las trepas las hayan realizado expertos herreros, dando formas al hierro y acoplando las piezas para lograr formar huecos donde se introduce el pigmento líquido. Estos moldes deben ser estancos, evitando mezclar los colores.
Una vez que ya se han rellenado los huecos, se retira la trepa y se añade la mezcla de cemento que dará forma y volumen a la baldosa. Este molde completo se fijará mediante una prensa hidráulica, de ahí su nombre. En ese momento la pieza debe estar perfectamente compactada.
El último paso de este proceso se inicia humedeciendo la baldosa con agua para darle mayor dureza al cemento y hacer más resistente la baldosa. Y concluye… 28 días después, para lograr completar el proceso de secado y fraguado.
En ese momento ya está finalizado el proceso. Ya tenemos una baldosa o mosaico hidráulico dispuesto a ser colocado.