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¿Se pueden pulir todos los suelos de hormigón?

Antes de dar respuesta a esta pregunta hay que plantear un dato básico: no todos los suelos de hormigón son iguales y tampoco son uniformes. Esto tiene una fácil traducción, cada trabajo presentará unas condiciones y desafíos que pueden modificar todos los procedimientos.

Lo primero que hay que dejar claro es que cualquier suelo de hormigón se puede pulir. Bueno, hay algunas excepciones, como por ejemplo, los suelos nuevos, en los que se indica que se requiere que pasen unos 30 días antes del primer pulido. Con este margen de días se permite que el hormigón tenga un período de asentamiento adecuado. Este es un detalle que hay que recordar cuando se hacen pulidos en almacenes o tiendas de reciente creación, donde los tiempos son muy ajustados y los propietarios quieren tener el suelo brillante al siguiente día de su instalación.

¿Cómo se logra un suelo de hormigón brillante?

El proceso para conseguir que un suelo de hormigón brille es bastante simple, aunque se requiere de los materiales adecuados y de las manos de un buen profesional. El hormigón pulido es un suelo de hormigón que ha sido tratado químicamente y se ha ido puliendo hasta obtener una superficie lisa y brillante, esto se consigue con diamantes. Cada vez se van utilizando diamantes más finos, que van puliendo cada vez más con más precisión, hasta lograr ese brillo exclusivo.

La preparación previa para lograr un suelo de hormigón brillante

Antes de pulir un suelo hay que eliminar la suciedad, la grasa, los recubrimientos o las imperfecciones. En este punto también hay que evaluar el estado del suelo. Si no es liso, es poroso o necesita de parches extensos, igual el pulido no es la mejor solución porque el resultado no será del todo óptimo. Este es un detalle importante: por mucho que se prepare un suelo, si no es liso, el brillo que se le podrá aportar nunca será correcto y aparecerán sombras que impedirán tener la estática o funcionalidad deseada.

El hormigón, por consiguiente, se debe limpiar, aplanar y darle una textura ligera para que el nuevo revestimiento, en caso de ser necesario, se adhiera de forma correcta. Esto sucede en suelos de hormigón que ya tienen unos años o que han tenido un uso extensivo.

El pulido podrá eliminar pintura, adhesivos o compuestos autonivelantes y permitirá conseguir la superficie ideal para un tratamiento posterior… y todo en un solo paso.

Un último consejo: siempre que sea posible en una restauración, es mejor no eliminar una gran capa de hormigón. Una realización apropiada de este paso evitará el uso de un compuesto autonivelante y evitará costes de material innecesarios (recubrimientos adicionales para completar las irregularidades).

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