Todo apunta que fue el año 1867 cuando la empresa barcelonesa Garret, Rivet y Cía presentó al mercado en la Exposición Universal de París una baldosa que no requería cocción: la baldosa o mosaico hidráulico. La magia se lograba gracias a una prensas.
Por aquel tiempo, el modernismo era una de las corrientes de diseño con más seguidores y sin duda alguna Antoni Gaudí no perdió la oportunidad de aprovechar este nuevo sistema de producción. El primer diseño de este pavimento fuer para la Casa Batlló… pero acabó en la Casa Milà y ahora puede puede verse en las aceras del Paseo de Gracia de Barcelona. En estos diseños encontraremos formas geométrica, vegetales o florales. En realidad hay que recordar que la baldosa Gaudí hexagonal no es más que un homenaje al artista catalán.
Desde entonces son muchos los arquitectos que han utilizado este tipo de baldosa para conseguir un producto exclusivo y único, pero desde luego fue Gaudí quien ha ayudado a que esta forma tan peculiar de producción a consolidarlo en miles de viviendas y edificios de España… y del mundo.